Potosí fue uno de los centros mineros más ricos del mundo durante la época colonial, famoso por el Cerro Rico, que proveyó plata para Europa y financió imperios.
Hoy se puede visitar minas históricas, galerías y museos que recrean la vida de los mineros y muestran técnicas de extracción antiguas.
La ciudad mantiene arquitectura barroca, plazas coloniales, iglesias del siglo XVII y XVIII, y miradores que permiten ver la ciudad desde el aire, reflejando su grandiosidad colonial.